Un estado óptimo de salud y bienestar es algo que todos queremos disfrutar
durante toda nuestra vida, pero esto no depende de la suerte sino de una
interrelación de diferentes factores sobre los que tenemos que intervenir, de forma que podemos
corregir errores y subsanar carencias en cuanto al mantenimiento del conjunto
de vehículos de los que está formado el ser humano; invertir parte de nuestro tiempo y recursos económicos para el
adecuado funcionamiento de nuestro cuerpo y mente, así como disfrutar del proceso y de los
objetivos obtenidos alcanzando dicho estado integral de salud.
Los pilares de la salud se asientan sobre bases o factores físicos,
emocionales, mentales y concienciales o espirituales. De ahí que se trate de un
trabajo holístico que abarca todas
las dimensiones del ser humano.
Dentro de las necesidades básicas para el cuerpo físico la más importante
es el aire, ya que realizando una
respiración completa, que incluye la expansión torácica y abdominal además de
la clavicular, se aprovecha
adecuadamente la capacidad pulmonar para recoger mayor cantidad de aire que,
como se verá más adelante, además de contener oxígeno, necesario para los
procesos metabólicos del organismo, contiene energía que vitaliza el cuerpo energético.
En orden de importancia, el agua,
es la segunda necesidad básica, teniendo en cuenta que el cuerpo humano está
compuesto de un 55% a un 78% de dicho elemento. Es preferible que el consumo de
agua sea lo más natural posible, evitando la envasada en plástico, y que la
ingesta se realice fuera de las comidas. También son recomendables los caldos
vegetales, que ayudan a la eliminación de toxinas del organismo.
A continuación, los alimentos
sólidos, que han de estar libres de contaminantes y compuestos por
nutrientes vivos que con sus características fomentan la vitalidad que estamos
tratando de alcanzar o mantener, como son cereales, legumbres, frutas y
hortalizas provenientes de cultivos ecológicos, evitando los excesos y
carencias de alimentos esenciales y fomentando el consumo de pan integral,
azúcares de frutas o melazas de cereales, sales elaboradas con plantas, zumos
naturales, etc.
También puede incluirse la luz solar
como un elemento necesario, tanto para sintetizar la vitamina D como para
energetizar los psicobiogeneradores o centros del cuerpo energético. Es
aconsejable tomar la luz solar con moderación, teniendo en cuenta el tipo de
piel, evitando largas exposiciones en horas de máxima intensidad (De 12 h a 16
h) y preferiblemente mientras paseamos o realizamos algún ejercicio.
El ejercicio físico es
fundamental para la eliminación de toxinas, así como para adquirir flexibilidad
y un tono muscular que mantenga la funcionalidad del organismo. Además, los
ejercicios como TaiChi, ChiKung, Yoga, están enfocados sobre el cuerpo y mente
favoreciendo un estado de salud equilibrado. Tratan de no alcanzar niveles
elevados de fatiga y se dirigen a todas las partes del cuerpo, músculos,
órganos, y algunos métodos también actúan sobre el cuerpo energético, mente y
conciencia, ya que se realizan siendo consciente de los movimientos dedicando
especial atención a la respiración y formas de pensamiento.
A semejanza de los niveles físico y energético, el nivel mental recibe su
alimento, en este caso alimento inmaterial, como es el amor y el cariño que recibimos de nuestros padres, familiares y
amigos desde el momento de la concepción del ser humano y a lo largo de toda la
vida, así como la información que
recibimos para conformar la personalidad. Esta información está influenciada
por el medio en que se vive, educación familiar, orientación escolar, medios
audiovisuales, lecturas, etc. siendo las bases que forjarán la forma de pensar
y actuar durante el resto de la vida, que pueden estar dirigidas en un sentido
de paz, sabiduría y bienestar o regidas por la violencia, ignorancia e
infelicidad.
Autoconocimiento, se atribuye normalmente a los procesos
emocionales. Conocer nuestros rasgos fuertes y débiles con los que trazar
nuestro plan de consecución de objetivos en la vida es fundamental, pero
también y por encima de todo conocer nuestro verdadero Ser.
El modelo de expresión o
manifestación de nuestros talentos o torpezas, es el último factor o base en
los que se sustentan los pilares de la salud y se convertirá en el legado
Conciencial que dejaremos en este planeta durante nuestra existencia, el cual
servirá, por una parte, como plataforma para dejar esta vida humana en
condiciones de satisfacción, euforia y serenidad o infelicidad, melancolía e
inquietud, por el nuevo estado que se manifestará después de abandonar el
cuerpo físico, ya que la conciencia continua su camino evolutivo en otra
dimensión, y por otra, si ha sido útil, productivo, beneficioso puede servir
como modelo para los demás.
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